Hombre pierde a su esposa por culpa del cáncer y va a juicio por quedarse con su perrita

La empresa que proporcionó la perra al matrimonio, una animal de servicio e intervención, se la arrebató al marido de sus brazos una semana y media después del fallecimiento de la esposa.
El pasado otoño, Paul Marinsky acudió a la clínica con su perra, Tootsie, un animal de compañía como había hecho en otras ocasiones y nunca imaginó que esa podría ser la última vez que viera a su fiel compañera.
Sin muchas explicaciones, el doctor le dijo que un representante de la empresa Starfleet Service Dogs Incorporated, la misma que le proporcionó la perra, se presentó en su consulta para llevársela y él no puedo hacer nada para impedirlo.
Tootsie era una perra de servicio que ayudó a la esposa de Marinsky durante toda su enfermedad. Su mujer llevaba un año y medio luchando con un cáncer y el animal no se separó de ella ni un segundo. Sin embargo, el tiempo no le dejó al señor cumplir la promesa que le había hecho en su lecho de muerte a su esposa, el de cuidar de Tootsie hasta el ocaso de su vida.
«La echo mucho de menos. Es difícil no tenerla aquí», dijo Marinsky a News4 I-Team.
Según contó el compungido hombre al medio News4 I-Team, Brittani (así se llamaba su esposa) era el amor de su vida y perderla fue un golpe duro. Aunquecon lo que no contaba el señor era con la pérdida de su fiel perra que lo consoló desde el primer día de luto.

«Esa era su mamá, y la perdió, y, ya sabes, los perros lo saben», añadió el hombre.
La pareja de Kansas City había conseguido a Tootsie a través de una empresa de Maryland llamada Starfleet Service Dogs Incorporated. Según el testimonio de Marinsky, el animal le pertenece puesto que fue su mujer la que trabajó durante meses como su adiestradora.
»Tootsie sabe encender y apagar luces, abrir y cerrar puertas, recoger cosas del suelo y controlar los niveles de cortisol de Brittani, marcadores de su enfermedad crónica», dijo Paul.
Apenas una semana y media después de perder a su esposa, el hombre comenzó a recibir mensajes de la empresa, querían recuperar al animal.
»Desde el primer momento hice todo lo posible por quedarme con ella. Les ofrecí hasta 6.000 dólares», dijo.
Por su parte, la empresa se respalda en el hecho de que Tootsie es una perra de servicio. Desde el primer momento, la directora ejecutiva de la compañía, Jennifer Barnhard, le aseguró a Marinsky que el tema era complicado.
»No puedo prometer nada, Tootsie está destinada a ser una perra de apoyo», le aseguró Barnhard.
Sin tiempo que perder, Marinsky contrató a un abogado para que le llevase el caso. «Es como entregar a un hijo. Es muy traumático»,señaló el letrado poniendo en su boca las declaraciones de su cliente.
Según la documentación aportada por la empresa, esta tiene dos tipos de perros: los entrenados por la academia que viven con un entrenador de la Flota Estelar durante su entrenamiento y los entrenados por el propietario, que viven con el cliente durante el entrenamiento y el «cliente es dueño de su perro«.
En el último punto se basa el abogado de Marinsky para que este recupere la custodia de Tootsie puesto que la perra vivió con el matrimonio desde el primero momento y fue su mujer la encargada de entrenarla día y noche.

El caso se encuentra a la espera de juicio y será un juez del Tribunal de Distrito del Condado de Montgomery el encargado de decidir el futuro de Tootsie.
«El contrato, en mi opinión, debería estar mejor redactado. Probablemente hay cierta ambigüedad», dijo el juez durante una audiencia virtual.
Actualmente no está claro dónde vive Tootsie, pero el juez dictaminó que la perra debería quedarse hasta el juicio (que aún no ha sido programado) con uno de los entrenadores de la compañía para desgracia del que se considera su verdadero propietario:
«No puedo simplemente alejarme y dejar las cosas como están sin tratar de hacer lo correcto para mí, para mi difunta esposa y para Tootsie», aseguró Marinsky.