Condenan a dos años de prisión a sujeto que lanzó a un GATO de un edificio

No irá a prisión por beneficio de ejecución condicional de la pena.
En Costa Rica, un tribunal condenó este lunes a dos años de prisión a un hombre responsable de matar a un gato llamado Ochi, que era su mascota, tras lanzarlo desde el sexto piso de un edificio en el 2019.
La jueza Tatiana López le impuso a Gabriel Saborio, de 31 años, dos años de cárcel, la máxima pena que permite la Ley de Bienestar de los Animales, vigente en el país centroamericano desde 2017.
Sin embargo, la juzgadora le concedió el beneficio de ejecución condicional de la pena por cinco años, por lo que no pisará la cárcel en tanto no cometa un nuevo delito en ese tiempo. También se le prohibió vivir con animales.
De acuerdo con la tesis del Ministerio Público que se acreditó en el juicio, en noviembre de 2019, Saborío lanzó a su mascota de casi 30 metros desde el sexto nivel de un condominio en la capital, San José, pero fue hasta agosto de 2020 que se abrió un expediente tras viralizarse el video del hecho en redes sociales.
El animal sufrió por la caída múltiples fracturas, luxación, contusiones pulmonares y hemorragias internas, de acuerdo con la necropsia.
Tras caer, el gato pudo llegar a un parque donde lo encontraron y murió a pesar de que le proporcionaron auxilios. La juzgadora le reprochó al imputado «la falta de corazón» y «la traición» que le hizo a su animal doméstico.
«Desde el punto de vista de la condena estamos satisfechos porque se logra la pena máxima que permite la ley y se demuestra que en Costa Rica no está permitido el maltrato animal», declaró Gustavo Corella, abogado querellante en el proceso.
Según anunció la Asociación Voluntarios de Corazón, presentará una apelación con el objetivo de que se elimine el beneficio concedido y el joven descuente su pena en la prisión.
La sentencia, del segundo penal por violencia contra los animales en Costa Rica, se suma a varios casos similares que llegan ante la justicia en países latinoamericanos. En los últimos años, al menos tres personas han sido condenadas por matar a perros en Argentina, con penas de prisión en suspenso.